Quentin Gas y los Zíngaros en Planta Baja (23/11/2017)

[crónica] Quentin Gas y los Zíngaros en Planta Baja (23/11/2017)

Coges una coctelera, mezclas Las Grecas, Los Brincos, Camarón, a un primo segundo de El Niño de Elche, aderezas con buenas dosis de psicodelia y rock setentero, agitas con decisión y viertes sobre el escenario una propuesta valiente y distinta como la de Quentin Gas y los Zíngaros.

Hasta ahí podríamos haber concluido el resumen del concierto de anoche en Planta Baja pero realmente los sevillanos tienen mucho más que contar.

Venían solos en cartel de lo que deducimos que ya tenían un público más o menos hecho en la ciudad pero nos encontramos con una sala más bien vacía a pesar de que el grupo había sonado días atrás en Radio3 con grandes halagos por parte del locutor (El séptimo vicio) y de que en otras ciudades están teniendo una gran acogida.

Y no comento esto para poner de relieve la falta de público (sorprendentemente, en esta ciudad, yo he visto tocar a El Twanguero para doce personas), sino para manifestar mi asombro por la falta de cultura e interés por la música de una ciudad que presume de pro en este tema y que prefiere ver cuatro veces seguidas a un determinado grupo con presencia en festivales que investigar y escuchar cosas nuevas, diferentes.

Haciendo un símil, preferimos ver varias veces la misma película que ver una que acaban de estrenar. Del cine independiente, ya ni hablamos.

[crónica] Quentin Gas y los Zíngaros en Planta Baja (23/11/2017)

Aún así, como suele ocurrir con estos grupos que vienen de otras ciudades, se crecen ante la situación y dan un conciertazo dándolo todo (véase Berri Txarrak tocando para un solo espectador en Francia) y Quentin Gas y los Zíngaros llegaron pisando fuerte.

Con una estética entre setentera y de gurú indio, todo muy retro vintage, y unos temas que bebían del flamenco espontáneo de cualquier taberna del barrio de Santa Cruz, del rock andaluz, la psicodelia y de los Beatles a partes iguales, el grupo dio un espectáculo donde el virtuosismo del teclista y la contundencia del batería destacaban especialmente, dispuestos a ambos lados del escenario (en vez de poner atrás al batería), supongo que para resaltar precisamente esta circunstancia.

[crónica] Quentin Gas y los Zíngaros en Planta Baja (23/11/2017)

Cuestión aparte merecen (o no lo merecen, pero lo digo) la parte del público que, en este y otros conciertos dan la espalda al escenario y elevan la voz por encima de la propia música, como si en vez de un show único e irrepetible, especial incluso por los posibles “fallos” que pueda tener cualquier directo, lo que los humaniza y los acerca a sus seguidores (recuerdo especialmente uno en el que a Quique González se le olvidó la letra de un tema, paró y recibió el aplauso de apoyo del público), como si estuvieran en cualquier pub de Pedro Antonio, compitiendo por ver quién grita más.

Pero volviendo a Quentin Gas y los Zíngaros, encantador final, con todos los miembros a pie de pista, cantando flamenco a capela y dando palmas mientras hacían una salida ‘muy gitana’ escaleras arriba, dando por concluida su actuación.

Poco más se podría decir después de haber flipado con ellos, sólo contar que su Caravana Tour les ha llevado por Portugal, Marruecos, Alemania y hasta Sevilla, donde estarán el día 1 de diciembre muy bien acompañados con grandes colaboradores en la Fun Club, un sitio donde esperan darlo todo para despedir esta “Caravana” en la que están recorriendo el mundo como auténticos nómadas de la música.

Crónica y fotos: María Villa