"La utopía aplicada no siempre lleva a la felicidad"

Si hubiera que resaltar una frase (ponerla como titular ya es en sí resaltarla) me quedo con esa frase de José María Ridao cuya intervención dentro de las conferencias «20 años después de la caída del muro» se ha estuchado en segundo lugar cambiando el orden de lo previsto.
En la mesa redonda «De la caída del comunimo a la crisis del capitalismo» que ha abierto la tarde para analizar estos 20 años transcurridos desde el hecho histórico en sí, se han podido escuchar las opiniones de Miguel Ángel Aguilar, y los ponentes a Antonio Cambril, Daniel Peral y Francisco González Basterra.

Presentada la jornada por Diego Carcedo, tras su intervención Miguel Ángel Aguilar (licenciado en Ciencias Físicas y Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. En 1984 funda la sección española de la Asociación de Periodistas Europeos y en 1986 es nombrado director de la Agencia EFE, cargo que desempeña hasta 1990. También ha sido director del Diario El Sol y columnista en la revista Tiempo. En la actualidad, además de su trabajo en El País, escribe para los diarios La Vanguardia y Cinco días, así como la revista El Siglo) ha realizado la introducción al tema haciendo referencia a la afición general que se ha cogido a las conmemoraciones y entre ellas, esta que hace referencia a los 20 años transcurridos desde la caída del muro es una «percha para abrir una reflexión». El muro que dividía en dos mitades el mundo demostró con su caída que que el sistema era vulnerable provocando una situación tan confusa en Berlín que, en palabras de Miguel Ángel, «Pio Cabanillas llamaba a Madrid estando en Berlín para que le contaran qué estaba ocurriendo allí«. En referencia a que la proximidad a un acontecimiento es cegadora.
Tras él Daniel Peral (reportero y corresponsal oficial de TVE en Berlín, Lisboa, Jerusalén y Nueva York.Ha trabajados como guionista de reportajes y reportero y fue jefe de Internacional en TVE) ha comenzado su intervención comentando que estando allí, nadie sabía nada de lo que estaba ocurriendo en realidad y que la prensa alemana interpretó el hecho como quiso, sin rigor a los acontecimientos. Sólo sabían que había gente sobre el muro (muy ilustrativas algunas fotos de Cartier-Bresson sobre esto) pero una semana antes, en un Seminario celebrado en Berlín se asegurada que el muro se iba a mantener al menos durante diez años más y que el sistema no estaba en peligro. Veinte años después de los acontecimientos, Alemania es un país con una democracia fuertemente asentada. Su unificación, por la vía más rápida fue, en opinión de Peral, una obra maestra de Kölh, que supo ver que el régimen comunista se desmoronaba, antes de que ocurriera realmente.
La caída fue consecuencia del fin de la doctrina Breznev y la necesidad de reformas que tenía la URSS y que fue emprendida por Gorbachov junto a la situación social y económica que presentaba y que se hallaba en plena crisis. Tras esto, el consumismo invadió la Alemania del Este a la vez que se hundía la producción industrial dado lo obsoleto de la maquinaria, con lo cual, se creó una sensación de falso bienestar basado en la posibilidad de adquirir productos que antes no existían en la zona.


Transcurrido este tiempo, sigue habiendo dos alemanias y las cifras de paro siguen marcando la diferencia fundamental entre una y otra. Para Daniel Peral, el muro cae por la presión del Este. La situación era tan desesperada que se resumía en una frase «O viene el marco o nos vamos nosotros» y la reunificación monetaria, base de todos los problemas económicos posteriores, se hizo en proporción de uno a uno, causando un gran daño a la industria de la Alemania del Este, cuya producción se desplomó. Europa, ha pagado también parte de la reunificación y eso ha dejado como «residuo» la confrontación Este-Oeste entre los propios alemanes que aún siguen pagando un Impuesto de solidaridad para sufragar los gastos de la misma.

Una de las grandes perdedoras de esta reunificación ha sido la mujer, que tenía un gran apoyo (siempre en opinión de Peral) por parte del Estado «protector» que se aseguraba también una política de natalidad facilitando vivienda a los jóvenes que contraían matrimonio a partir de los veintidós años. Ahora, el Este añora ese «Estado protector» sin recordar realmente la represión y falta de libertades que llevaba aparejada. Con la caída del régimen se arrasó con todo, no sólo física sino también culturalmente y había cosas que se podían haber salvado.

Una frase de Peral que ha calado bastante ha sido su afirmación «Nos contaron muchas mentiras».

Tras él, Francisco González Basterra (licenciado en Derecho y graduado en Periodismo por la Universidad de Navarra, inicia su trabajo profesional en el área de información política dentro de la agencia de noticias Europa Press en 1970. Después de pasar por EFE, La Gaceta del Norte, Diario 16 y El País, fue nombrado en 1996 nuevo director de los Servicios Informativos de Canal +, cargo que ocuparía hasta 2008) ha recordado cómo en la caída del muro influyó también la concepción política de Margareth Tascher, que fue elegida diez años antes e inició una revolución cultural donde el Estado como tal, sobra. Reagan y Juan Pablo II fueron, según González Basterra otros dos de los actores en este hecho al comenzar a minar desde sus respectivas posiciones los ideales del sistema soviético.

En la situación actual, sin la URSS como «enemigo», EE.UU. se erige como una superpotencia, encontrándonos ahora en un momento unipolar con un país que proyecta militarmente su supremacía. Desde la etapa de Bush (padre) se había logrado una gran coalición internacional donde la Guerra del Golfo es el tope del liderazgo internacional y la intervención en Kosovo se ve marcada también por la intervención de EE.UU. en política internacional.

Ahora, con la imagen de EE.UU. muy deteriorada en el mundo, la unipolaridad es difícil de mantener y con la crisis económica mundial, ni siquiera el mestizaje y la globalidad que representa Obama está en condiciones de mantenerse como superpotencia, viéndose obligado a compartir el liderazgo mundial con la Unión Europea y China.

Uno de los problemas es que la magnitud de los problemas de la humanidad no se pueden resolver desde una posición hegemónica y la sostenibilidad del modelo capitalista se ve amenazada por los débiles que sin embargo pueden hacer mucho daño a los poderosos. La situación actual, supera la capacidad de cualquier potencia para resolverla dándose lugar a un mundo post-americano donde EE.UU. necesita de la alianza de otros países igualmente indispensables para apoyarse a nivel mundial en sus sistemas. Estas tres superpotencias a su vez tienen un poder gravitatorio para atraer otras potencias de segundo orden a sus intereses.

Según González Basterra, a América como superpotencia le quedan entre treinta y treinta y cinco años gracias a su demografía principalmente ya que Europa envejece mientras EE.UU. sigue creciendo. Sin olvidar, según sus palabras, que asistimos a una crisis del capitalismo como sistema.

Para finalizar la jornada, Antonio Cambril, (actual director de «La Opinión de Granada») ha tenido una interesante intervención donde ha puesto en relieve que «Las ideas de la clase dominante tienden a ser las ideas dominantes» -Marx- . Para él, la caída del muro simboliza la caída del sistema comunista sin llegar a la afirmación de Fukuyama de que era «El fin de la historia» que planteaba que no hay horizonte más allá del capitalismo.

El ideal basado en la libre competencia, la reducción de los poderes del Estado y la acumulación de capital privado dando lugar a un sistema donde no existe la sociedad, sino que existen los individuos ha dado lugar a que el capitalismo financiero busque acabar con cualquier freno a su desarrollo.

«El capitalismo es un elegante apátrida que mina el poder de los Estados» y con esta afirmación, Cambril ha hablado de que el capitalismo intenta acabar con el Estado del Bienestar (porque hay que invertir para mantenerlo), con la legislación protectora con el trabajador y cualquier otro obstáculo que pueda encontrarse. Para Cambril, el capitalismo global es el más poderoso de los gobiernos, ejecutivos que empiezan a moverse por el mundo tomando decisiones que afectan a la política internacional y Estados que se ven obligados a «rogar» al capital que se quede en sus países dejando a los representantes de los gobiernos sin poder para defender a sus votantes en un sistema donde 1 euro vale más que 1 voto y donde el progreso ha sido individualizado.

La incertidumbre se ha instalado en el sistema y dentro de diez-quince años la incertidumbre presidirá nuestras vidas y habrá que «inventar» unas instituciones globales y unas políticas globales que hagan frente a un sistema globalizado. «El capitalismo puede morir de éxito» sin un enemigo claro como era el comunismo.

Finalmente, Cambril ha planteado interrogantes como «¿Vivimos ahora mejor? ¿Son inocentes las nuevas tecnologías?, ¿están estas al servicio de las personas o de los capitales?».

Como cierre de la jornada, la ponencia de José María Ridao (escritor y diplomático español. Licenciado en Derecho y en Filología Árabe. Fue Embajador-Representante Permanente de España ante la UNESCO por decisión del Consejo de Ministros, cargo que desempeña hasta 2006. Actualmente colabora como tertuliano en la Cadena Ser) ha versado sobre la situación actual donde miramos la caída del muro desde una crisis si no similar, al menos comparable a la que tenía la URSS antes del derrumbe del sistema. Para salir de ella, opina que, tal vez sea necesario recuperar cosas que existían con anterioridad y que lo importante son las preguntas aunque las respuestas puedan estar equivocadas.

Para él, el nuevo capitalismo era una respuesta equivocada. La caída del muro fue calificada su época como uno de los mayores acontecimientos del S. XX sin tener en cuenta que en ese mismo siglo tuvo lugar la Revolución Rusa también, mucho más significativa en cuanto a repercusiones sociales. Lo que sucede en 1989 pone fin a la idea de que las utopías se pueden llevar a la práctica y que la utopía aplicada, no siempre lleva a la felicidad.

Se asiste ahora a una situación paradójica con la URSS «derrotada» en la guerra fría como modelo de organización social pero ¿quien ha ganado? ¿quien ha infligido esa derrota?

Comenta también, el papel que tuvo Juan Pablo II en los acontecimientos comenzando por atacar al régimen en Polonia y el papel de Reagan al poner en marcha «la guerra de las galaxias», obligando a la URSS a hacer inversiones por encima de sus posibilidades.

Se trató de una «victoria» que llevó a pensar qué íbamos a hacer con los dividendos de la paz (haciendo alusión al enorme gasto militar que supuso la guerra fría para ambas partes) suponiendose que podía destinarse a igualar la situación en el mundo. Realmente, venció el «Estado del Bienestar» que demostró la compatibilidad de las libertades de las personas con los beneficios sociales.

A pesar de todo, hubo muchas mentiras que influían en el punto de vista occidental del tema, como que en Moscú había hambre, cuando realmente los mercados «oficiales» no se abastecían pero había mercados «extraoficiales» donde se usaba el «rublo de madera», o sea, una economía sumergida y una mafia encubierta que daba lugar a la dualidad de mercados no abastecidos y un aparato militar que desafiaba al mundo. El fracaso en Afganistán puso en relieve el mito de esa sociedad dual donde realmente la potencia militar de la URSS era más teórica que real.

Los efectos de la caída del muro, según el análisis de Ridao, fueron:

1º. Los países del Este pasaron a ser países de Europa Central, profundamente marcados por la ideología comunista que aún late en cuestiones como la construcción europea. La presencia omnicomprensiva del Estado hace que se tome con recelo cualquier manifestación protectora del mismo y cualquier referencia a las instituciones básicas del Estado causa rechazo. Si lo que admitimos como ortodoxia es que el Estado no tiene papel en cuestiones económicas ¿para qué dotarnos de esas instituciones?

2º. El papel de la existencia de la utopía comunista. El movimiento pendular de la utopía de signo simétrico a lo ocurrido en los años 20 con la Revolución Rusa a nivel de desarrollo de la humanidad llevaba al control de la misma, ahora se ha invertido. La idea de que ya no es posible ir más allá de la sociedad liberal ahora se trata de una idea de globalización más humana. Las utopías tienen difícil realización.

3º. La situación de la cuestión militar en la Guerra Fría era difícil para la situación internacional. Se jugaba con la capacidad de destrucción total de la vida en el mundo lo que dio lugar al reconocimiento de los enemigos y un sistema de relaciones para gestionar las armas de destrucción masiva. Todos sabían y entendían qué representaba cada movimiento de la otra parte. Ahora, el enemigo no es reconocido y el lenguaje no es compartido. Nadie sabe, por ejemplo, qué puede ocurrir si Israel tiene acceso a un arma nuclear en breve. En el contexto de deterioro, en la guerra fría las cosas estaban claras, ahora nada está claro. Junto a ello, la pérdida la credibilidad de EE.UU. tras la guerra de Irak.

Todo esto no nos puede llevar a sentir melancolía por los mundos perdidos sino que invita a una reflexión sobre dónde estamos y hacia donde nos encaminamos. Reflexión que necesita de muchos puntos de vista para llegar a un punto que nos ayude a reestructurar el mundo actual.

Nota 01: Fotografías tomadas de Ideal Digital Granada.
Nota 02: Por supuesto, no pretendo que nadie tenga la santa paciencia de leer este post. Realmente, forma parte de un trabajo de clase y además ha sido muy ilustrativo hacerlo. ; )

La noticia en otros medios: http://es.noticias.yahoo.com/9/20090507/ten-veinte-anos-despues-de-la-caida-del-bbad18b.html

Derechos Humanos e Inmigración en Motril

VIII Jornadas sobre los Derechos Humanos e Inmigración
6, 7 y 8 de Mayo

Salón de actos de la UNED, Casa de la Palma – Motril 2009

Una vez más, hacia la primavera, convocamos las jornadas «Derechos Humanos e Inmigración». Desde la primera edición hemos pretendido situar los derechos humanos en la centralidad del debate de las migraciones, apostando por el respeto a los derechos y la dignidad de las personas, para así evitar que la legislación excepcional de extranjería invada ámbitos própios de la regulación de los derechos humanos. Sin embargo, la realidad demuestra que una de las características fundamentales de las migraciones actuales es que se están produciendo en un contexto de violaciones masivas de derechos humanos, como se reflejó en las conclusiones del Congreso de la Federación Internacional de Derechos Humanos celebrado en Lisboa en abril de 2007 y el manifiesto de Motril que subscribimos en marzo de 2007.
Desde las jornadas siempre hemos insistido en la necesidad y urgencia de considerar a los inmigrantes como titulares de derechos, independientemente de la situación en el territorio nacional, evitando la restricción de derechos y la discriminación por motivo del origen nacional. Se trata de evitar la creación de espacios ajenos al derecho (zonas francas de derechos) donde la dignidad y los derechos de las personas sean considerado como algo difuso sobre los que cabe disponer dependiendo de coyunturas concretas, en contra del universalismo de los derechos humanos. En este momento es muy importante evitar que las normas concretas de extranjería dejen sin efecto los tratados internacionales sobre derechos humanos. Desafortunadamente esto es lo que sucedido recientemente en la Unión Europea con la aprovación de la Directiva de Retorno.
El tratamiento que se hace de la Directiva del internamiento y de la expulsión de los inmigrantes irregulares supone un paso atrás de gigante en el tratamiento de los derechos fundamentales y libertades públicas (de todos) al crear espacios donde los derechos están difuminados y por tanto expuestos a la vulneración. A nosotros nos toca hacer frente a una apuesta de un sector de la Unión Europea por mecanismos excluyentes y punitivos en el tratamiento de las migraciones masivas que olvida que estas se están produciendo como consecuencia de la huida del hambre, de la destrucción del medio ambiente, de las guerras y de los conflictos sociales y religiosos.
La posibilidad de internar a los extranjeros no comunitarios hasta 18 meses por estancia irregular, sin un plazo tasado para la intervención judicial, que podría ser ejecutado en un centro penitenciario y con posibilidad de ser aplicado a menores de edad supone un paso atrás en el proceso de creación de un marco europeo respetuoso con los derechos.
Sobre estos temas debatiremos en las jornadas que ya se han asentado como un espacio de debate en libertad y de compromiso con la defensa de los derechos humanos. En definitiva, pretendemos evitar que la cultura de la frontera y la exclusión se impongan sobre la cultura de los derechos humanos.